DÍAS EN EL TALLER: 001
Trabajar en mi taller de cerámica es toda una experiencia, a veces lo siento como un ritual o meditación activa y a veces siento que es toda una aventura, una montaña rusa de emociones; estrés, felicidad, tranquilidad… lo cierto es que me disfruto cada paso del proceso. Siempre digo que amo la posibilidad de cambiar de actividad cada día, no me gusta para nada hacer todos los días lo mismo, especialmente en temas de trabajo. Necesito variar mis actividades, desde el proceso de producción, hasta cada una de las tareas que tiene un emprendedor: temas administrativos, recibir pedidos, empacar, despachar, tomar fotos, crear contenido… son tantas cosas que definitivamente nunca tengo un día igual al otro.
Días como hoy, me levanto temprano directo a desayunar, para mí es la mejor manera de empezar el día y se ha convertido en un momento sagrado para compartir en pareja. Este momento del día no lo cambio por nada del mundo. El café es indispensable, y Santi también 😊. Me gusta sentarme en la mesa, con los primeros rayitos de sol, pero también prender la luz cálida de nuestra cocina, siento que esa luz amarilla me permite comenzar el día lentamente en un entorno acogedor.
A veces reposo un poco después del desayuno y me voy a alistar. Este es sólo un ejemplo de día en ByC, porque como les digo, cada uno es diferente. La verdad es que mis favoritos son los que sé que me puedo meter todo el tiempo a trabajar con la arcilla en piezas que van a llegar a nuevos mundos. Me gusta bañarme y arreglarme aunque sepa que me voy a ensuciar hasta el pelo, me pone en “estado productivo” totalmente. Me sirvo otra taza de café y me voy para el taller. Abro todas las ventanas, prendo incienso y a veces velas, siempre trato de poner el “mood” que me haga sentir creativa y productiva. Algunas veces pongo música y otras veces pongo alguna serie “light”, romántica que no requiera de muncha atención. Acepto que las series novelescas me encantan y que soy una romántica enamorada del amor. También me encanta escuchar podcasts.
Hoy voy a tornear, así que siempre comienzo por acomodar el espacio. Algunos días que termino muy cansada, dejo el taller así como terminé, desordenado y sucio. No me gusta, pero a veces el cuerpo no me da para organizar al terminar, entonces lo hago al siguiente día en la mañana. Aunque esto no es lo habitual, ya sea en la noche o en la mañana, debo empezar a trabajar nuevamente con el taller ordenado.
Despejo mi mesa, saco el bloque de arcilla y peso las pellas (bolas de arcilla) dependiendo de la pieza que vaya a producir. Amaso las bolitas y las dejo listas y a la mano en el torno. Sirvo agua en el la vasija grande, busco todas mis herramientas para tornear, y me siento a darle forma a tazas, floreros, bowls… cada vez me estructuro más en las piezas que debo producir. Antes era una actividad un poco más libre, pero a medida que el negocio crece requiere de ciertos patrones que antes no me gustaban. Pero ahora, la verdad es que me entrego a ellos para descansar mi mente, así, un listado específico de piezas que producir me indica lo que debo hacer y el esfuerzo se reduce.
La mayoría de las veces paro a media mañana por un snack, que normalmente es una fruta y me recarga para seguir. Pero mis veces favoritas son cuando de la nada llega Santi y me dice “mi amor, una personita inconsciente te preparó una merienda”, mientras me entrega un platico con una tostada de pan y mantequilla de maní con mermelada. Yo me derrito y como feliz para seguir mi trabajo en el taller.
A eso de las 12 paro nuevamente para preparar el almuerzo. Este es otro momento sagrado para mí, la cocina y el almuerzo son mi pausa activa, que me relaja y me distrae un poco. Me encanta ese ratito, trato de preparar comida balanceada y me reúno con Santi para almorzar y conversar de nuestras mañanas. Organizamos la cocina mientras nos comemos alguito dulce. Cada uno vuelve a lo suyo, yo en mi taller continúo torneando, ya que una vez comienzo el día con esta actividad, hago la mayor cantidad de piezas posibles, ¡porque el taller queda desastroso con 1 o con 50 piezas torneadas! Si en las tardes llueve, soy la más feliz. Me encanta el ambiente de trabajo en el taller mientras cae lluvia por mi ventana.
Entre 6 y 7 de la noche termina mi jornada en el taller, me baño y vamos por la cena. Ya ven que las comidas son momentos muy importantes en mi día a día. La verdad es que esta rutina siempre incluye deporte, ya sea en la mañana o en la tarde, sin embargo, los últimos meses he cambiado mis entrenos por más horas en el taller. Pero esto debe volver a la normalidad, así que ya sea en la mañana o en la tarde, 1.5 horas de mi día son dedicadas al deporte y algunos días al yoga. Ya empezamos este proceso y siempre valoro la importancia de los entrenos para mí, tanto física como emocionalmente.
Volviendo a concluir mi día, comemos juntos, charlamos y nos bañamos antes de ir a la cama. A veces leemos sin prender el TV, algunas veces vemos algo en Netflix y tipo 10pm ya estamos dormidos.
Ese es un día en nuestro taller Bosque y Cielo. Seguro irán cambiando a medida que evoluciona el proyecto. Pero es rico compartir y poder tener registro de los cambios en la vida alrededor de un emprendimiento.
Gracias por leerme.
Con amor,
D
PD: En el siguiente link, pueden ver un Vlog de mis días en el taller! Espero que lo disfruten. Vlog 001 YouTube